Permitir que los boxeadores de género compitan es peligrosamente incorrecto, pero los charlatanes ignorantes que los explotan para su causa son aún peores. - Oficinista (2024)

En medio de toda la alegría y el júbilo de los Juegos Olímpicos de París, en medio de la belleza y el esplendor, también aquí se desarrolla una tragedia ante nuestros ojos. El domingo por la mañana, en el Parque de Exposiciones, no lejos del aeropuerto Charles de Gaulle, se representó su segundo acto.

Un ring de boxeo estaba situado en medio de un salón austero en un centro de exposiciones y, mientras comenzaba el preámbulo, un hombre que llevaba un sombrero hongo y un bigote postizo de gran tamaño dirigió el canto colectivo de Campos Elíseos, una canción para los despreocupados.

Después de eso, pusieron a todo volumen la lista de reproducción y aplicaron su ingenioso truco de hacer que pareciera que los atletas de los Juegos Olímpicos de París de 1924, retratados en la pantalla grande en sepia o en blanco y negro, estaban cantando éxitos modernos. Freeway to Hell es una de las favoritas.

Después de tocar “I Will Survive”, Lin Yu-ting, un peso pluma de 28 años de Taiwán, fue acompañado a la area por tres entrenadores y trepó con entusiasmo por las cuerdas. Para algunos, ese cuadrado de lona es un lugar para luchar. Para Lin, se ha convertido en un lugar para escapar.

Es difícil saber por dónde empezar con el furor que ha envuelto a Lin y a la peso welter argelina Imane Khelif en estos Juegos Olímpicos, salvo decir que la santidad del deporte femenino necesita ser protegida como una prioridad.

Está mal que se permita a los boxeadores que disputan partidos de género (en la foto, Lin Yu-ting) competir en los Juegos Olímpicos

Lin e Imane Khelif (en la foto) están siendo utilizados como peones en la guerra política entre el Comité Olímpico Internacional y la Asociación Internacional de Boxeo.

El hecho de que se haya permitido a los dos boxeadores competir sugiere una incompetencia absoluta y un ludismo alarmante por parte del COI y su presidente, Thomas Bach, en la foto.

Las pruebas, autorizadas por la Asociación Internacional de Boxeo y realizadas en el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino en Estambul en 2022 y Nueva Delhi el año pasado, mostraron que Lin y Khelif tenían cromosomas XY y no cumplían con los estándares de elegibilidad para la competencia femenina.

Parece peligrosamente incorrecto que compitan aquí en un deporte en el que ventajas injustas en cuanto a fuerza física podrían causar lesiones graves o la muerte. No es culpa suya, pero sí sugiere una incompetencia absoluta y un ludismo alarmante por parte del Comité Olímpico Internacional y su presidente, Thomas Bach.

Aquí hay una salvedad: las pruebas parecen haber sido realizadas por un laboratorio de buena reputación en Nueva Delhi, pero este caso está plagado de charlatanes, mentirosos, fanfarrones, ignorancia, prejuicios, miedo y rabia, por lo que se necesitan alas para mantenerse por encima de todo.

¿Confía usted en esta gente? Basta con echar un vistazo rápido al caos que siguió y a los insultos que se escucharon en la apresurada conferencia de prensa de la IBA en París el lunes por la tarde para ver que nadie es inocente en este caso. Excepto, tal vez, Lin y Khelif.

“Las pruebas demuestran que eran hombres”, afirmó el presidente ruso de la IBA, Umar Kremlev. “No comprobamos lo que tienen entre las piernas. No sabemos si nacieron así o si sufrieron algún cambio”. Así es como la IBA habla de los seres humanos.

Lin y Khelif se han convertido en una industria propia, una piedra de toque tanto para preocupaciones legítimas como para temores infundados. Son ases en la manga, daños colaterales en una guerra política entre el COI y la IBA y los egos monstruosos que se complacen en utilizarlos como sus peones.

Este es el mundo al que Lin, de 28 años, se adentró en la Area del Norte de París el domingo por la mañana. Lin está luchando por segunda vez en los Juegos Olímpicos en la categoría de 57 kg femenina. Es una boxeadora que se crió como niña y creció como mujer y se dedicó al boxeo para intentar proteger a su madre de la violencia doméstica.

Una vez dentro del ring, Lin corrió hacia el centro y se inclinó teatralmente hacia las cuatro esquinas de la area y luego una vez más hacia el árbitro, que parecía una versión bastante lúgubre de Minnesota Fat.

El presidente de la IBA, Umar Kremlev, retratado en la pantalla, supervisa una organización a la que se le ha quitado el reconocimiento y se le ha dejado sin poder supervisar el boxeo en los Juegos Olímpicos.

La IBA celebró una conferencia de prensa organizada apresuradamente que terminó en caos e insultos.

Svetlana Staneva (derecha) dio lo mejor de sí, pero terminó perdiendo ante Lin el domingo.

Lin vestía de rojo. Su oponente, Svetlana Staneva, vestía de azul, y ambas sabían que quien ganara su cuarto de last tendría asegurada una medalla. El ruidoso contingente taiwanés entre la multitud aplaudió a Lin y continuó apoyándola durante todo el combate de tres asaltos.

No fue una pelea para puristas. Lin lanzó muchos golpes fuertes, pero no conectó muchos de ellos. Sin embargo, estuvo claro que Lin period la mejor peleadora desde el principio y un fuerte jab hizo que Staneva se tambaleara en el primer asalto.

La boxeadora búlgara se quejó varias veces de las tácticas de pelea de Lin y del uso de los codos, y el árbitro le advirtió varias veces. Staneva se defendió al máximo. En el tercer asalto, empujó a Lin al suelo. Fue más como una proyección de judo que un puñetazo.

Lin fue derribada en el último asalto, pero fue más una placa que un puñetazo y no contó. Cada vez que Lin conectaba un puñetazo, lo que ocurría cada vez con más frecuencia, los tres entrenadores que estaban de pie junto a su esquina aplaudían ruidosamente y agitaban los puños en el aire.

Cuando terminó la pelea, la música volvió a sonar. “Cariño, voy a tener la mejor noche de mi vida”, decían las palabras, “y adonde sea que me lleve, estaré lista para el viaje”. Lin intentó tocar los guantes con Staneva, quien se mostró reacia a corresponder.

Antes de que se anunciara oficialmente el resultado, Staneva se paró en el ring e hizo la señal de una X dos veces con los dedos para sugerir, presumiblemente, que ella period toda una mujer. Y que Lin no lo period. Los jueces le dieron la pelea a Lin por decisión unánime.

Lin se detuvo en la zona mixta después de la pelea para hablar con los periodistas taiwaneses, quienes se cuidaron de hacer preguntas difíciles. Uno de ellos le preguntó por qué no había hablado con Lin sobre la polémica que está desatando el conflicto.

Staneva hizo una señal con una X en el ring, para sugerir, presumiblemente, que ella period toda una mujer y que Lin no lo period.

Lin luchará por un lugar en la last el miércoles por la noche mientras la disputa continúa en París.

La polémica sobre los dos atletas sigue ensombreciendo el evento de boxeo olímpico

“Queremos que ella gane el oro”, dijo, “por eso no queremos ponerla bajo más presión de la que ya enfrenta”.

Mientras Lin pasaba, el entrenador de Staneva estaba hablando con periodistas búlgaros y sostenía un papel blanco en el que había escrito unas palabras: “Sólo quiero jugar con mujeres; soy XX”, decía.

El entrenador dijo que había escrito la nota. “Este es quizás el mensaje de cada boxeadora en este torneo”, dijo.

El miércoles por la noche, Lin luchará por un lugar en la last. El martes por la noche, Khelif luchará por un lugar en la last femenina de 66 kg. El lunes, la IBA celebró su conferencia de prensa en una sala llamada el Salón de los Espejos.

Las sedes de los Juegos Olímpicos de París son impresionantes

Una de las alegrías de estar en los Juegos Olímpicos de París ha sido la impresionante belleza de algunos de los escenarios. El sábado vi la last de doma por equipos en Versalles y el paisaje, con el castillo a lo lejos, period impresionante.

Aquí tienes un high cinco de los recintos deportivos más bonitos en los que he estado. 1. Campo de críquet de Newlands, Ciudad del Cabo 2. Eventos de vela en el puerto de Sídney en los Juegos Olímpicos de 2000 3. Remo en Lagoa en los Juegos Olímpicos de Río 2016 4. Línea de meta del triatlón mixto en el Puente Alexandre III en los Juegos Olímpicos de París 2024. 5. Autódromo Enzo e Dino Ferrari en Imola.

Algunos de los escenarios de los Juegos Olímpicos de París, como el Palacio de Versalles, son impresionantes.

Deshacerse de Gallagher es una locura

Otra señal de la disfunción que se ha apoderado del Chelsea desde que Todd Boehly y Behdad Eghbali tomaron las riendas del membership es que uno de sus jugadores más importantes haya sido expulsado.

En medio del caos de la temporada pasada, Conor Gallagher fue uno de los pocos jugadores de Stamford Bridge que emergió con cierto reconocimiento. Fue un jugador de equipo, desinteresado y trabajador, el pegamento que mantuvo unido al equipo y fue elementary para impulsar su recuperación a fines de la temporada.

¿Qué hace entonces el Chelsea? Mantiene a Enzo Fernández, que acaba de liderar a sus compañeros de la selección argentina en cánticos racistas y ha sido desesperadamente decepcionante desde su llegada por 105 millones de libras procedente del Benfica, y vende a Gallagher al Atlético de Madrid. Qué tranquilizador es ver que Eghbali y Boehly no han perdido su toque.

La decisión del Chelsea de dejar marchar a Conor Gallagher al Atlético de Madrid es una locura

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